PASION DE UN SENTIMIENTO Trigueros (Huelva)
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    Cuando el presagio nebuloso de una concurrencia de entidad en los tendidos, el temor de la organización se desvanecía a medida que se acercaba la hora del festejo anunciado en su XII edición y consiguiendo que tres cuarto de plaza se viera cubierto por la afición triguereña, con el doble sentido de ayudar el destino benéfico del mismo a DIMIC, AFA, CARITAS y la niña Araceli González Santos y de disfrutar con la presencia en un ilusionante cartel del novillero local David de Miranda.

    Cuando se daba por terminado el festejo, el entusiasmo se había apoderado de todos, y no le faltaban razones para ello, después de haber presenciado los triunfos ganaderos de Cuadri y Arucci, vuelta al ruedo en el arrastre a cada uno y la ovación al novillo de Buenavista, que hizo posible el gran milagro de un sensacional David de Miranda en una tarde para el recuerdo.

    No hay duda, así lo vimos y así lo contamos, que la tauromaquia de este jovencísimo torero triguereño, contiene factores fundamentales para alcanzar la gloria luminosa en la Fiesta Nacional.

    Fue a más y con la fuerza de ir imponiéndose a su oponente, que con su condición lo propiciaba, hasta reunir una faena con perfiles de una calidad incontestable. Valor sereno y firme, colocación sin fisuras y arriesgando hasta límites insospechados y la recreación sublime de la pasión de un sentimiento, yendo a más y reunir una faena de escalofríos y de un toreo profundo salido del alma, donde el natural fue un prodigio de realización, que levantaron clamores en los tendidos. Este fue el cenit de su faena, tan arrebatador como inenarrable. Y me preguntarán ¿pero no tiene defectos? Claro que los tienes, como el manejo encorsetado del capote sin sacar las manos y sin adelantarles los vuelos para indicarle el camino de su embestida, es decir traerlo toreado y así evitaría voltereta como la recibida ¡por cierto!, quien le aconseja sacar ese capote deslucido de color por su uso y sin engomar. Los capotes sin engomar son para los grandes artistas del toreo. ¿Y la espada? Lógica su falta de oficio y esto se aprende con su firme decisión y colocación arriesgada y seria. Pero está en el camino y yo apuesto y espero no equivocarme, que de seguir en la senda del progreso, podamos tener un gran torero para la Fiesta Nacional.

    Con el encastado y bravo Cuadri ¡que pena que no muriera de braveen los medios¡, quizás por una lidia inadecuada en el metraje, aunque el pacense Antonio Ferrera, cuajara una lidia total, capote, banderillas y muleta, exigiéndole hasta agotarle totalmente en su esfuerzo, no renunciando jamás a embestir al cite de su matador con una fijeza impresionante y ayudándole a triunfar con fuerza. Hubo un momento en el primer tercio, que el entusiasmo embargó en los tendidos, con una suerte de varas extraordinaria, desde más allá de los medios y en dos entradas impecables de fijeza, bravura y dejándose la vida en la pelea, ¡como son los toros bravos y encastados!. Gracias matador por tu generosidad para ver el toro. Por todo esto, bien merece el sitio que ocupa en la fiesta, porque enseñaste una tauromaquia poderosa y sin fisuras, que te avalan para los carteles más señeros de la geografía del mundo del toro.

    El otro gran triunfador, llegó con la luz artificial, un torero a caballo con un bagaje de impresionante cuajo y verdad ante la cara de su oponente, clavando arriba los hierros muy reunidos. La monta impecable y las ovaciones atronaron sin cesar ante tan brillantísimo cierre. Todo fue apasionante y para ello un toro de Arucci, bravo, con muchos pies, fijeza y aguantando una exigente lidia, y que gozara del premio de la vuelta al ruedo.

    Hasta aquí lo verdaderamente importante del festejo, pero hay que poner énfasis en todo lo ocurrido en el festejo, cuando abrió el mismo Víctor Puerto con la fortuda de espalda con un cinqueño de Millares de presentación impecable, pero inválido de las manos, y de no haber sido por la profesionalidad de su matador, aquello hubiese acabado de forma no deseada, Gran torero este Víctor Puerto.

    Antonio José Blanco con un novillo de Murteira Grave, al que se le guardó un minuto de silencio por el reciente fallecimiento de don Joaquín Manuel, padre del actual ganadero, que mostró una cara muy armada y un temperamento duro y que con el que no pudo y mostró desconfianza.
  Pérez Mota aburrió con un Prieto de la Cal, descastado sin fuerza y deslucido, pero que su matador no dejó ninguna huella para el recuerdo.

    Víctor Puerto, dos orejas.
    Antonio Ferrera, dos orejas tras aviso.
    Antonio José Blanco, oreja.
    Pérez Mota, oreja.
    David Miranda, dos orejas y rabo.
    Andrés Romero, dos orejas y rabo.

    Las reses de Cuadri y Aruccí, vuelta al ruedo y la de Buenavista, gran ovación en el arrastre.

    Cipriano Díaz  -  Trigueros 28-10-12

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