Vuelve Cuadri, regresa la emoción

Por Ángel Berlanga


Es una de las corridas más parejas que hemos sacado en mucho tiempo. Está muy bien hecha, en la línea del toro de casa. No es exagerada de cara, tiene la suficiente para una plaza de primera como Valencia pero es bonita en ese sentido. A mí, desde luego, me gusta mucho en conjunto”. De ese modo, optimista y esperanzado al mismo tiempo, define el ganadero Fernando Cuadri la corrida que tiene reseñada para la Feria de Julio.

En Comeuñas aguardan el momento de su embarque ocho toros, siete de ellos negros y uno castaño, todos cuatreños, cuajados y con el lustre propio de la casa. “La corrida está apartada desde septiembre, pero ha habido algún cambio porque siempre
hay toros que desarrollan más de lo previsto y otros que se quedan un poquito atrás. Por ejemplo, hemos incorporado a un número 39 que inicialmente lo teníamos de sobrero pero que ahora iguala mejor la corrida y, en su lugar, hemos sacado a un número 15 que, en este caso, desentonaba por arriba del conjunto”, desvela el ganadero, que tiene visto y revisto el encierro y, por tanto, conoce de primera mano el carácter de cada uno de los toros previstos.

¿Ese conocimiento aporta claves que le hacen ir más o menos seguro a la plaza?, preguntamos a Fernando Cuadri, que defiende con autoridad su respuesta: “No, para nada. Aquí no se llega nunca a conocer a este animal. Yo llevo cuarenta y dos años al frente de la ganadería y no me he enterado. Por mucho que quiera y por mucho interés que le ponga, al menos yo no acabo de enterarme. Me marcho de aquí y no sé lo que es el toro. Es la verdad, eh”, confiesa sorpresivamente quien está considerado como uno de los grandes conocedores de la naturaleza, del campo y del ganado bravo. Pero muchos ganaderos insisten en que las reacciones de los animales en el campo o los corrales dan pistas sobre su posterior juego en la plaza, inquirimos: “Hay tres pilares que influyen en el rendimiento del toro: su nota, su tipo y el manejo que se le haya dado. Los tres son importantes, pero el animal al final protagoniza una lucha en la que interviene el instinto y, en el instinto, a su vez, intervienen las condiciones ambientales. Al final hay factores externos que influyen, que escapan a nuestro control y pueden desmontar el tinglado fácilmente”, detalla.

Según el criador onubense, la corrida de Valencia tiene nota, tipo y, a falta de conocer cómo repercutirán esos factores externos de los que habla, únicamente resta por averiguar cómo se han comportado los animales en el campo. “En el manejo hay de todo y, generalmente, ves comportamientos distintos. Nosotros reunimos a diario las corridas desde tres o cuatro meses antes de su lidia. Les dedicamos a cada una media horita, les damos un paseíto al principio, poco a poco lo vamos alargando y acabamos mezclándolo con una mijita de trote porque es importante que los animales cojan fondo, se peleen menos, se hermanen más y vayan haciéndose a los caballos y a la voz del mayoral; ya que después, cuando lleguen a los corrales, será lo único que puedan relacionar con el campo y, por tanto, lo único que pueda tranquilizarles y rebajarles el nivel de estrés propio de encontrarse en un ambiente completamente desconocido. La de Valencia está siendo noble en el campo, pero siempre hay algunos más complicaditos que otros”.

Los ocho toros previstos para Valencia vienen de cuatro padres distintos. “El 40 es hijo de Montero, que aún lo tenemos en las vacas porque es más nuevo y, en conjunto, nos está dando bien; los números 18 y 33 son hijos de Revisor, que murió con dieciséis años y era hermano del toro que nos indultaron en Valverde del Camino; los números 4, 9, 20 y 39 vienen de Huelvano, un semental puente que utilizamos para evitar la consanguinidad y que se lidió en Madrid; y el 16 es hijo de Lirio, que lo tuvimos cubriendo poco tiempo porque no nos gustaba el tipo que daba y que, en cuanto a comportamiento, transmitió normalito. Después nos equivocaremos -apunta Cuadri con humildad-, pero en la corrida coinciden toros de unas cuantas reatas de confianza”.

La corrida es honda, ahí están las fotos para comprobarlo -“calculo que tendrá unos 560-570 kilos de media”, avanza Cuadri- y será desencajonada cuatro días antes de su lidia: “El desencajonamiento me preocupa en parte porque este toro, cuando se le encierra, se le enciende la bombillita y resulta muy violento. Salen muy calientes del cajón, suelen pegarse, rematar, y lo más probable es que pueda surgir algún problema. Pero, por otro lado, el hecho de que los toros pisen la plaza, no sé por qué, no les viene mal”, confiesa Cuadri. Siempre se ha dicho que pueden coger querencias... apuntamos: “Eso no me preocupa -replica el ganadero-. El bravo de verdad se olvida de todas las querencias después. Es cierto que el toro tiene un sentido de la orientación extraordinario, que si pisa la plaza sabe por dónde ha entrado, por dónde ha salido y si quiere buscar querencias las tiene más claras si antes ha estado en el ruedo, pero al bravo de verdad todo eso le da igual”.


Rafaelillo, Pascual Javier y Román lidiarán el día 24 su corrida. Al ganadero le inquieta “relativamente” el escaso bagaje con el que llegan los dos valencianos: “Ese tipo de toreros suelen sacar en la plaza una decisión que le viene bien a cualquier toro. El cartel me gusta. Y la corrida -insiste-, también. Con un poco de suerte veremos un buen espectáculo”. Que así sea.

LOS TOROS DE VALENCIA VISTOS POR FERNANDO CUADRI
4-Sorteador, negro poco listón; hijo de Huelvano.- “En el campo es de los normales en cuanto a comportamiento, tirando a buena gente. Es capaz de responder porque es un animal muy tranquilo, pasa un poquito de todo y esos pasotas luego suelen responder. Es primo del Trastero premiado en 2014”.

9-Remiendo, negro poco listón; hijo de Huelvano.- “Es muy bonito, con los pitones para adelante, muy bien hecho, muy bajito, y, eso sí, un poco peleoncito de carácter. Hay que echarle un poquito más de tiempo que al resto en el trato”.

16-Tripulante, negro; hijo de Lirio.- “Es algo más abierto de cara, pero está muy musculado y desarrollado. De carácter es más solitario, siempre está solo a la hora de reunirlo y, de hecho, hay que ir a buscarlo por el cercado. Le gusta la tranquilidad”.

18-Navegador, negro; hijo de Revisor.- “Es de la misma familia que Tripulante. Está apretado de carnes, es algo más montadito de cara y es de los más inquietos”.
20-Cebollita, negro listón; hijo de Huelvano.- “Viene de una reata de muchísima confianza. Quizá sea el de más peso. Es un toro fuerte, más altito y requiere de tiempo y paciencia a caballo porque es el más complicadito de manejo”.

33-Leznero, castaño; hijo de Revisor.- “Otro toro muy apretado, como suelen salirnos los castaños. Ese pelo en casa tiene un hándicap: como sus hermanos le ven extraño por no ser negro, la tienen tomada con él y le pegan bastante. Por ello, a la fuerza, tiene un carácter más solitario. Su reata es la de la zapatería, también de confianza”.

39-Corretaje, negro; hijo de Huelvano.- “Es de la reata de los tratos y ha entrado hace poco en la corrida. Lo teníamos de sobrero y lo hemos incorporado porque iguala mejor el conjunto. Se ha adaptado muy bien a los demás y eso es importante. Se le ve noble y es de una reata bastante fiable. Es uno de mis favoritos”.

40-Peregrino, negro; hijo de Montero.- “Si hubiese que apuntarse a uno, yo desde luego me apuntaría a este. Aparte de nota y buena reata, es precioso de hechuras y tiene un carácter muy entregado en el campo. Es muy buena gente”.
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